Mojo el papel derramando lágrimas de sangre

28 de febrero de 2013

te QUIERO, te ADMIRO, te ADORO...

Cuando me levanto el sábado por la mañana y no te veo a mi lado el corazón me sobresalta.
Ya sé que nos hemos visto la noche da antes, pero yo ya te hecho en falta.
La música en mi cabeza cambia a nostálgica. Quiero ir a buscarte.
Necesito ir a verte y besarte. 
Mi mente sabe que no se puede, que es imposible ir a tu encuentro pero sin embargo no se rinde y lo sigue pensando. 
No puedo olvidarlo.
No puedo olvidarte.
Mi memoria olfativa trae a mi mente recuerdos de tu fragancia y con tu fragancia traes más recuerdos desesperantes.
Apareces en mi mente, como si de un sueño se tratara. Y recuerdo nuestros abrazos al encontrarnos y nuestros besos al despediros. Nuestras conversaciones y esa manera tan especial de guiñarme los ojos. Esa manera tan peculiar de desafiarme y saber que siempre me podrías tener a tu lado.

Pero cuando me levanto, por la mañana y sé que tengo que esperar tanto tiempo para volver a verte, a veces no puedo soportarlo y siento una gran punzada en el estómago.

De vez en cuando quiero que sepas lo mucho que te extraño pero las palabras no expresan ese sentimiento tan profundo como de verdad lo siento en mi corazón, quiero gritarle al mundo que te quiero, pero en cambio solo puedo susurrártelo al oído, porque tú eres todo mi mundo.

Todo lo que quiero tener.
Y necesito que sepas cuanto te necesito.
Y necesito que comprendas que te quiero de tal forma que jamás podrás imaginar.

Que, como decía Mario Benedetti, eres la única persona que ha sido capaz de tocar mi interior únicamente usando palabras, y que una persona te haga estremecer sin necesidad de ponerte un dedo encima, eso es admirable. Porque sé que podrías tocar mi interior y hacerme estremecer desde la otra punta del planeta. 

Y por eso te quiero, te admiro, te adoro amor. 

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